El uso de la tableta en la primera infancia

Con la creciente difusión de herramientas tecnológicas de diversa índole (ordenadores, smartphones y tablets) surge el problema de cómo y cuán recomendable es que los niños las utilicen.

La tablet se ha convertido en un accesorio prácticamente indispensable en toda familia, con numerosas implicaciones tanto de carácter sanitario como psicológico.
De hecho, la población con mayor riesgo por un uso incorrecto de esta herramienta está representada, por diversas razones, por los niños.
Los dispositivos tecnológicos, a veces, asumen el papel de “niñeros” gratuitos frente a niños particularmente vivaces e inquietos, ya que los juegos y las numerosas aplicaciones presentes, por ejemplo en las tabletas , captan fácilmente su atención, manteniéndolos ocupados incluso durante mucho tiempo. hora.

Si tienes un hijo pequeño, debes considerar esta herramienta como un verdadero paliativo que, si bien en este momento puede brindarte un poco de tranquilidad, a largo plazo probablemente corra el riesgo de dañar su desarrollo neurocognitivo.
De hecho, es bastante fácil encontrarse con formas incorrectas en su uso, con graves consecuencias en términos de vista, oído, sueño, funciones metabólicas y esfera psicoemocional para su hijo.
Existe una auténtica cruzada contra la tecnología mal utilizada que muchos especialistas del sector (pediatras y psicólogos del desarrollo) siguen realizando para salvaguardar el bienestar de los niños.
Según estas pautas, nunca se debe utilizar la tablet antes de los dos años, ya que en los primeros veinticuatro meses de vida, tu hijo aún no ha desarrollado por completo todas esas conexiones neuronales que le permiten relacionarse correctamente con la realidad que le rodea.
En el rango entre los tres y cinco años, o en el período preescolar, ocho de cada diez niños llegan a tener tabletas y las utilizan no siempre en las formas y tiempos adecuados.
Probablemente no esté al tanto de las trampas asociadas con esta situación; el abuso de herramientas tecnológicas, especialmente sin ninguna supervisiónpor un adulto, hace que el niño sea extremadamente vulnerable a numerosos riesgos.

La tableta, sin embargo, también puede ofrecerle a su hijo algunas valiosas oportunidades de aprendizaje, ya que muchos dispositivos digitales se han fabricado precisamente con el propósito de realizar tareas educativas, utilizando aplicaciones educativas relacionadas con la aritmética, el dibujo, la ortografía y otros temas.
Por tanto, la actitud correcta hacia las diversas herramientas tecnológicas, y en particular hacia la tableta, es aquella centrada en el equilibrio de su uso: tiempos cortos y supervisión por parte de un adulto.

Según la Dra. Elena Bozzola, secretaria nacional de la Sociedad Italiana de Pediatría, y siempre muy atenta a la dinámica de comportamiento de los niños pequeños, es de fundamental importancia establecer límites obligatorios en el uso de la tecnología, ofreciendo alternativas divertidas que sean capaces de involucrar a los niños cuando dejan su amada tableta.

Alternativas creativas y divertidas a la tablet

Como se mencionó anteriormente, no se recomienda en absoluto permitir que un niño use herramientas tecnológicas de manera incorrecta, especialmente en ausencia del control de un adulto.

Para evitar que tu hijo se aburra cuando no tiene la tableta en las manos, puedes ofrecerle algunas actividades creativas que representan una alternativa válida a la exasperada tecnología que suele caracterizar la vida de los niños. Estas son ideas divertidas, para realizar con su ayuda y que a menudo requieren su presencia: una forma de estar juntos de manera agradable y sin interferencias de ningún tipo.

1- Cocinar juntos

A todos los niños, tanto niñas como niños, les encanta jugar en la cocina, especialmente si esta actividad les permite involucrar también a uno de los padres; por lo tanto, trata de crear algunos espacios en los que dedicarte al arte culinario con tu hijo.
Evidentemente no tienes que esperar a cocinar alimentos perfectos o refinados, basta con que tomes agua y harina y juntos hagáis una masa para pan o una base de pizza que luego enriqueceréis con los condimentos típicos. Incluso un simple pastel o galletas pueden ser una excelente idea para convencer a su hijo de que lo ayude; después de cocinar, puedes disfrutarlos juntosel producto de tu trabajo y esa experiencia será motivo de alegría y orgullo. Solo ayudarlo lo hará sentir más responsable y también le permitirá usar su inventiva en el manejo de los ingredientes de los alimentos.
Recuerda que cada vez que un niño logra algo junto a un adulto, siendo elogiado por el resultado obtenido, su autoestima aumenta mucho, ayudándolo a madurar y crecer psicológicamente.

2- Búsqueda del tesoro

Es uno de los juegos más queridos de todos los tiempos ya que estimula la curiosidad, el sentido de la aventura y el deseo de alcanzar una meta, aspectos muy positivos para la personalidad de tu hijo.
Puedes optar por un esquema clásico, incluyendo la búsqueda de objetos ocultos que, a través de un camino bien definido (doméstico o externo si tienes jardín) te conducirá al destino final, con su premio final. También podría organizar una búsqueda del tesoro alternativa, dondeen lugar de objetos, se esconden hojas de papel con varios tipos de acertijos (cuestionarios sobre operaciones matemáticas, preguntas de italiano o de ciencia, acertijos simples y más). Al final de este camino tendrás que hacerle encontrar un divertido premio.

3- Juegos creativos

Si dispone de papel, cartón, pegamento, tijeras y crayones de colores (o témperas de colores) puede ofrecerle a su hijo un juego creativo, capaz de estimular su destreza y su imaginación. Como hacer adornos navideños (guirnaldas de papel o incluso marionetas para colgar en el árbol); simples cajas de cartón para poner dulces; gorras para su uso en una fiesta de cumpleaños; rosetones de colores para colgar en su habitación; diseños particularmente hermosos para enmarcar como adornos para varias habitaciones.
Otra posibilidad es crear marcosde cartón para sus fotografías favoritas, quizás enriqueciéndolas con algunas conchas, bolas de colores o cintas.
Si tienes cuentas y un hilo de nylon resistente puedes sugerirle a tu hijo, mejor si es niña, hacer collares para regalar a sus amigas; además en este caso, con un costo muy bajo, podrá crear objetos muy bonitos.

4- Empacar ropa

Es un juego que requiere un mayor aprovechamiento de material; tendrás que proporcionar a tu hijo retales de tela, hilos de varios tonos cromáticos, una aguja y unas tijeras. La tela puede ser reemplazada por papel arrugado, lo que asegura un muy fácil manejo sin necesidad de utilizar aguja e hilo para confeccionar la ropa; de hecho, las grapas de metal son suficientes para unir las diferentes piezas. Primero tendrás que enseñar al niño a crear el diseño del patrón para el vestido a realizar, después de lo cual será posible recortarlo y aplicarlo sobre la tela (o papel crepé).
Las últimas operaciones consistirán en recortar la forma así obtenida, coserla y el vestido estará listo. Este juego está particularmente indicado en la inminencia de las fiestas de carnaval, cuando el niño puede, después de haberlo elegido, maquillar el disfraz de su personaje favorito, completándolo quizás con un antifaz. También puedes utilizar papel de regalo sencillo, ciertamente mucho más económico, pero menos manejable.

5- Juegos en compañía

La mejor manera de involucrar a tu hijo y distraerlo del uso de la tableta es ofrecerle juegos en compañía de amigos; para ello tendrás que armarte de paciencia y aceptar una invasión (más o menos pacífica) de niños. Una vez que hayas invitado a sus amigos (preferiblemente un número pequeño, como máximo cuatro o cinco, para poder seguirlos mejor), debes organizar actividades divertidas para ellos que los mantengan ocupados mientras estén juntos. En este sentido, una excelente solución es utilizar juegos de mesa, como Monopoly, Guess Who, Goose Game o incluso el clásico Bingo.
Para motivar a los niños a participar con cuidado, tendrás que darles premios que les gusten especialmente, que sean una sorpresa (mejor si los envuelves) y que sirvan de estímulo para que disfruten al máximo de las distintas actividades lúdicas.