La merienda es un momento importante para el niño, seguro que más de uno piensa. No solo es un momento divertido y satisfactorio para la glotonería de tu hijo, sino que es útil tanto a nivel físico para “recargar” el cuerpo después de una actividad deportiva o recreativa, como para la mente, aportando el combustible necesario para una intensa actividad de concentración.., por ejemplo antes de hacer la tarea.

Evidentemente, el tipo de merienda debe elegirse según unos criterios, siguiendo las pautas de una correcta alimentación, y no debe seleccionarse únicamente en función de los gustos del niño. Además, como el resto de la dieta, la merienda también debe variar, tanto para que se acostumbre a comer cosas diferentes, como porque así tendrá un aporte más completo de nutrientes.

Obviamente, no siempre es fácil convencer al niño de que coma un alimento en lugar de otro, pero afortunadamente muchas opciones siguen siendo sabrosas e involucran el uso de ingredientes como el chocolate, que siempre ha sido amado por los niños y no solo. Tendrás que elegir el tentempié adecuado también en función del lugar donde se consumirá y de la actividad que seguirá, que puede requerir más o menos energía.

Por ejemplo, si el niño tiene que tomar la merienda en el colegio lo correcto es optar por una comida equilibrada, que contenga la energía adecuada (hidratos de carbono y azúcares simples) que pueda propiciar una digestión no demasiado pesada. La ración también es importante: debe ser sustanciosa pero no exuberante, y también recordar elegir la bebida adecuada para acompañar (agua si la merienda es muy sustanciosa, un jugo de frutas en caso contrario).

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  1. tarta de chocolate

    Es uno de los snacks más clásicos y conocidos, pero sigue siendo sencillo de preparar y muy sabroso. Al ser muy sustanciosa en cuanto a azúcares y calorías, te aconsejo prepararla los días en los que el niño necesite una mayor cantidad de energía para afrontar el resto del día.

  2. Chips de verduras

    Es una alternativa válida a las clásicas patatas fritas en sobres, que todos sabemos que están buenísimas pero también muy ricas en aceite, sal y conservantes. La consistencia de los chips de verduras seguirá siendo muy similar, y el sabor no será tan “verde” como puedas imaginar. Basta con cortar las verduras para que queden muy finas, y luego cocerlas al horno con un chorrito de sal y aceite hasta que tomen el crujido deseado. Puedes usar cualquier verdura que te guste, como zanahorias, papas y calabacines.

  3. Palomitas de maiz

    Nunca lo habrías imaginado, pero las palomitas de maíz son naturalmente ricas en nutrientes como vitaminas que sin duda son buenas para ti. Es importante, sin embargo, que las palomitas de maíz se hagan en casa, y que no contengan una cantidad excesiva de sal u otros ingredientes. Si están debidamente embalados, pueden ser transportados y consumidos fuera del hogar de forma práctica.

  4. Helado de frutas casero

    Supongo que no es fácil encontrar a un niño al que no le guste el helado, pero ¿está tan gordo como muchos creen? No si está hecho con los ingredientes correctos. Si preparas meriendas para tu hijo en casa, tendrás la seguridad de que no acabará comiendo un producto rico en sustancias utilizadas en la industria alimentaria para aumentar la productividad o el sabor pero que no benefician ni al cuerpo ni a la mente.

    El helado es un alimento sencillo de preparar en casa (basta con mezclar leche, fruta y poco más y meterlo todo en el congelador) pero que te puede dar una gran satisfacción. Sin embargo, dado que ya es rico en azúcar en sí mismo, se recomienda preferir la fruta a otros sabores como la nata y el chocolate. Una idea igualmente sabrosa es hacer unas paletas congelando un extracto de fruta de tu elección.

  5. mollete

    Si tienes suficientes habilidades culinarias, puedes preparar unos muffins, quizás agregando un poco de chocolate para una merienda más sustanciosa, o algunas verduras como zanahorias para una merienda más ligera que no pese demasiado pero que sea sabrosa al mismo tiempo.

  6. pan y tomate

    Una de las recetas más sencillas y rápidas de preparar que forma parte de la cocina mediterránea desde hace mucho tiempo. Para que el sabor sencillo pero sabroso de este snack atrape al niño, es necesario prestar la debida atención en la selección de los ingredientes que, aunque sean pocos (pan, tomate, aceite, orégano, sal) deben ser lo más frescos como sea posible. La velocidad de preparación es una gran fortaleza.

  7. Pan y jamon

    Considero este snack el dulce equivalente al pan con tomate. Sencillo y rápido de preparar pero muy sabroso, y con la posibilidad de elegir cada vez un tipo de mermelada diferente para no cansarte del sabor.

Sin embargo, hay muchas alternativas, basta con tener un poco de imaginación y seguir las reglas normales para una correcta alimentación, que por otro lado debe seguir cualquier persona que aspire a un estilo de vida saludable.