Cansancio invernal: qué es

SAD (Trastorno Afectivo Estacional) es el síndrome del Trastorno Afectivo Estacional, que provoca fatiga pronunciada durante la temporada de invierno.

Cuando llega el frío, tu cuerpo tiene que afrontar toda una serie de cambios metabólicos que pueden demandar un consumo considerable de energía y en consecuencia provocar algunos trastornos de diversa índole y entidad.
Es un malestar estacional que consiste en primer lugar en una marcada astenia acompañada de un agotamiento generalizado que te empujaría a permanecer en cama durante muchas horas del día.
Cualquiera puede sentirse cansado de vez en cuando, pero un buen sueño suele ser suficiente para recuperarse; por otro lado, cuando la fatiga persiste durante muchos días sin causa aparente, entonces puede sospechar que tiene SAD.
Ten en cuenta que tu estado de ánimo también puede verse afectado, es bien sabido que en invierno existe la tendencia a volverse perezoso; de hecho, con el frío, ¿quién quiere moverse de casa?
Además, el recuerdo de los hermosos días de verano, llenos de sol, calor y días de vacaciones solo puede exacerbar tu estado de ánimo.

Qué lo causa

Las causas de este síndrome hay que buscarlas en algunos factores, a saber:
el cambio climático con descenso de la temperatura, que ayuda a ralentizar el metabolismo; de hecho, cuando bajan las temperaturas, el organismo humano se ve obligado a gastar mucha energía para mantener constante la homeostasis corporal, y este hecho contribuye a que te sientas fatigado.
Reducción de las horas de luz natural que, durante algunas semanas durante los meses de invierno, se vuelve muy limitada; este fenómeno condiciona a tu cerebro a producir una menor cantidad de serotonina, que se considera la hormona del buen humory bienestar en general.
La disminución de las horas de luz también afecta los ritmos circadianos de su cuerpo que se estimulan para aumentar la síntesis de melatonina, una hormona que induce una somnolencia considerable; la producción de esta sustancia se produce de hecho durante las horas de oscuridad.
Cambio de hábitos tras las vacaciones de verano, que implican la vuelta a la ciudad, la reanudación de las actividades laborales y una menor disponibilidad de tiempo para la diversión.

Cómo se manifiesta

Los síntomas que caracterizan SAD son los siguientes:
– fatiga mental;
– astenia muscular;
– agotamiento;
– pereza;
– marcada somnolencia y letargo;
– dificultad para despertarse por la mañana;
– apatía y mal humor;
– dificultad para concentrarse;
– irritabilidad;
– disminución del deseo;
– tristeza.

Se trata de fenómenos físicos, provocados por el hecho de que tu cuerpo tiene que adaptarse al descenso de las temperaturas, y psíquicos por la menor producción de serotonina.

Remedios para afrontar el cansancio invernal

No tienes que preocuparte si, con la llegada de la temporada invernal, te sientes agobiado por los síntomas enumerados anteriormente; en realidad se trata de una molestia pasajera y fácilmente superable con unas sencillas precauciones que realmente pueden ayudarte a afrontar los meses de frío de la mejor manera posible.

Ritmo circadiano de sueño-vigilia

Uno de los prerrequisitos fundamentales para su bienestar psicofísico está representado por la calidad del sueño; debe dormir al menos siete horas por noche y el descanso debe ocurrir en condiciones favorables.
Como se mencionó anteriormente, cuando los días se acortan, nuestro cuerpo tiende a aumentar la síntesis de melatonina, una hormona hipnoinductora; por lo tanto, aprovechando esta situación, procura acostarte siempre a la misma hora y antes de acostarte, no tomes bebidas excitantes como café, alcohol o té.

Dieta

Una correcta alimentación juega un papel muy importante para garantizar a tu organismo todos los recursos que necesita de cara a los meses de frío.
Durante la temporada de invierno no debes hacer comidas demasiado abundantes, para no exagerar tu sistema gastrointestinal; sería preferible consumir numerosos snacks que puedan garantizarte un aporte calórico correcto a lo largo del día y además te permitan acortar el tiempo de digestión.
Con el frío, la única comida realmente abundante, pero también de fácil digestión y asimilación, debe ser el desayuno, que como es bien sabido,te permite recargar las pilas después de las horas de ayuno nocturno.
Por ello se debe prestar especial atención al tipo de alimentos a consumir, que serán principalmente del tipo proteico; luego puedes comer tostadas con pan integral, bresaola (salchicha rica en proteínas) y queso bajo en grasa; también es muy adecuada una tortilla de huevo pasado por agua o de claras, muy rica en proteínas; panqueques rellenos de mermelada; galletas integrales con miel; batidos, centrifugados y jugos de frutas; una taza de ensalada de frutas de estación; yogur con cereales, especialmente avena; muesli y cereales crudos.
Después de un desayuno así, tu cuerpo tendrárecibió la cantidad de calorías necesarias para hacer frente a los rigores del clima.
El almuerzo y la cena deben incluir alimentos proteicos, pero también carbohidratos, que, en la estación fría, apoyan el metabolismo energético; por lo tanto, haz un uso abundante de frutas y verduras frescas, preferiblemente carnes blancas magras, pasta y pan integral, arroz y cereales crudos, y asegúrate de proporcionar a tu cuerpo una cantidad adecuada de fibra dietética que ayude a la función intestinal normal. Para asegurar un sueño reparador, cene muy ligero y de fácil digestión ;
las sopas de verduras y los quesos bajos en grasa están bien, tal vez enriquecidos con una porción de ensalada fresca; no se deje tentar por comidas demasiado condimentadas, frituras o salsas variadas: podría quedarse despierto toda la noche.
Recuerda que el triptófano, un aminoácido esencial que se encuentra principalmente en la leche, te ayuda a dormir bien; por lo tanto , un buen vaso de leche tibia antes de acostarse solo favorecerá un descanso nocturno saludable.

Actividad física

Una sugerencia muy efectiva es practicar actividad física moderada durante los meses fríos para mantener tu cuerpo en condiciones de bienestar fisiológico. De hecho, es bien sabido que el sedentarismo prolongado ralentiza todos los procesos metabólicos y disminuye la energía funcional de los músculos. Por lo tanto, trate de caminar enérgicamente durante al menos treinta minutos al día; sería recomendable realizar estos paseos en un entorno no contaminado, como un jardín, o si es posible, en el campo oa lo largo de la costa. De esta forma aseguras una oxigenación ideal para tu cuerpopara los tejidos y eliminar las toxinas acumuladas. Después de una caminata regeneradora como esta , te sentirás menos cansado y tu estado de ánimo también será mejor.

vitaminas

La vitamina D es un principio activo de fundamental importancia para el bienestar de tu sistema osteoarticular, por lo tanto procura tomarla en forma de suplementos, o alimentos ricos en ella, como por ejemplo: todas las verduras de hoja verde, pescado ( especialmente caballa, trucha, salmón ahumado, esturión, pez espada), huevos, productos lácteos y aceite de hígado de bacalao.
La vitamina C está especialmente indicada durante los meses fríos por su acción estimulante sobre el sistema inmunitarioque, como sabéis, contrasta la aparición de dolencias estacionales, como resfriados, dolores de garganta, cambios febriles y tos. Lo puedes encontrar en abundancia en los cítricos: un buen zumo de naranja bebido durante las comidas puede ser de gran ayuda.

Hidratación

Las bajas temperaturas podrían reducir tus ganas de beber, pero recuerda que el cuerpo debe estar correctamente hidratado incluso en invierno, ya que aunque sudes menos, tu cuerpo sigue perdiendo agua a través del sistema renal, los pulmones, la epidermis y el intestino (el intestino grueso). intestino reabsorbe de siete a diez litros de líquido por día). Por lo que es fundamental beber regularmente líquidos que pueden ser agua, tisanas (las energizantes son muy útiles), té o infusiones de todo tipo.

Suplementos

Para recuperarse del cansancio físico y mental típico de la estación fría, también puede utilizar suplementos específicos ricos en sales minerales y vitaminas, posiblemente aromatizados con jugo de naranja. De fundamental importancia son el magnesio, el potasio, el zinc, las vitaminas B y el selenio, que representan un excelente escudo contra las enfermedades estacionales.