Limpiar la estufa es uno de los principales obstáculos para toda ama de casa, ya que las sustancias que contribuyen a ensuciarlas son de naturaleza completamente diferente.
Entre estos, el principal culpable es la grasa. Es un material caracterizado por una alta viscosidad, que tiende a adherirse a todas las partes de la placa, tanto a las parrillas como a los quemadores, y, en su caso, a los esparcidores de llama. Hay que tener en cuenta que la grasa cocida, además de desprender un olor especialmente desagradable, adquiere un aspecto oscuro y gelatinoso que se adhiere de forma irreversible al metal.

Además de la grasa, otros agentes responsables de ensuciar la placa son el polvo, los residuos de la combustión, las partículas de alimentos sólidos y líquidos que se escapan de los recipientes durante la cocción.
Teniendo en cuenta la diferente naturaleza de todos estos contaminantes, es necesario utilizar un método que le permita limpiar la estufa de manera efectiva y posiblemente sin usar productos químicos que puedan dejar residuos dañinos en la estufa.

Cómo limpiar las rejillas

Antes de limpiar las rejillas, es fundamental remojarlas en agua tibia con unas cucharadas de bicarbonato de sodio. Dejando actuar esta solución durante al menos una hora, puedes seguir frotando las partes metálicas con la esponja que se suele usar para lavar los platos. Si el resultado no es visible de inmediato, puedes verter un poco de polvo de bicarbonato sobre la esponja para usarla en seco. De esta forma todos los residuos de grasa que no se hayan reblandecido durante el tiempo de remojo son eliminados por fricción con las partículas del compuesto.

Después de que la parrilla haya recuperado su aspecto natural de metal brillante, es fundamental enjuagarla con agua tibia y secarla perfectamente, para evitar que las gotas de agua se evaporen y queden restos de caliza.
Si las rejillas son de hierro fundido, una aleación metálica que tras un uso prolongado puede volverse oscura y opaca, es recomendable limpiarlas con una solución de agua tibia y vinagre de sidra de manzana, ya que la acidez de este compuesto tiene una acción muy limpiadora..también efectivo contra residuos grasos o carbonizados.
Sea cual sea el material constitutivo de las rejillas, siempre es útil limpiarlo con sustancias naturales no agresivas.y sobre todo con baja alcalinidad, para evitar que se deterioren por oxidación y cambio de color.

Cómo limpiar los quemadores

El mechero es la parte de la estufa por donde sale el gas. Por esta razón, es esencial mantener siempre abiertas las aberturas para evitar cualquier inconveniente peligroso relacionado con el escape incontrolado de gas.

La correcta limpieza de los quemadores no se refiere sólo a su parte superior, sino también y sobre todo a la lateral constituida por las boquillas.
Para obtener este resultado, es necesario remojar los quemadores en una solución de agua tibia y vinagre de sidra de manzana, ya que la acidez del compuesto ayuda a disolver todas las sustancias producidas por la combustión del gas.

Una alternativa es colocar los quemadores en una cacerola y luego cubrirlos completamente con vinagre blanco puro, sin diluir.
Después de colocar la olla en la estufa, hierva la solución y luego, después de apagar la llama, déjela enfriar durante unas horas. Cuando el vinagre esté completamente frío, se pueden fregar los quemadores con un estropajo de metal; es sorprendente como se eliminan inmediatamente todos los depósitos y los quemadores recuperan su aspecto natural eliminando la pátina negra grasienta que los cubría.

No es absolutamente necesario el uso de detergentes ya que contienen compuestos básicos, que actúan alterando el aspecto de los quemadores que se vuelven más oscuros y opacos.
Si no tienes vinagre, puedes sumergirlos en una solución de agua tibia y limón exprimido, o en casos más difíciles, rociar el jugo de limón directamente sobre la superficie de los quemadores.
Para limpiar el interior de las aberturas de los quemadores por donde sale el gas, puede utilizar alfileres; por otro lado, está absolutamente contraindicado el uso de palillos o palitos de madera, ya que podrían romperse y atascarse dentro de los orificios e impedir el correcto funcionamiento del quemador.

Cómo limpiar los esparcidores de llama

El esparcidor de llama es un dispositivo que se dispone encima del quemador y que suele ensuciarse mucho. También en este caso, es recomendable proceder a una fase de remojo en agua tibia y bicarbonato, que ayuda a reblandecer las partículas de suciedad carbonizada depositadas en su superficie.

Después de dejar actuar la mezcla durante aproximadamente media hora, se puede proceder frotando los esparcidores de llama con una esponja abrasiva, hasta eliminar todos los restos de suciedad.
Antes de volver a montarlos en la placa, es recomendable lavarlos con agua y un detergente neutro, de baja alcalinidad y secarlos con cuidado ya que no quedan gotas de agua que al evaporarse puedan dejar restos de cal.

Cómo limpiar la placa

La placa de cocción es la parte más problemática de toda la estufa ya que actúa como depósito de todas las partículas sólidas y líquidas que se producen con el uso diario de la estufa. Si la placa está muy sucia, con residuos sólidos, es necesario humedecerlos, pasando una esponja suave empapada en agua y vinagre, hasta que la suciedad ya no esté firmemente adherida a la superficie. En algunos casos puede ser necesario colocar la esponja sobre las zonas más sucias y dejar actuar unos minutos.

Cuando hayas quitado toda la suciedad, puedes proceder con una mezcla de detergente casero con unas cucharadas de bicarbonato mezclado con vinagre o jugo de limón, hasta obtener una pasta de consistencia media.
Con una esponja se extiende esta pasta por toda la superficie de cocción y se deja actuar unos minutos, después se retira con un paño seco (el papel toalla también está bien).

El bicarbonato de sodio ejerce una acción limpiadora que hace que el acero quede mucho más brillante que los detergentes normales. Su acción se ve potenciada por la presencia de un agente ácido (vinagre blanco o jugo de limón) para obtener una superficie de cocción brillante y perfectamente desengrasada.
Para completar el trabajo de limpieza de la placa, se puede pasar un paño húmedo empapado en una solución de agua tibia y jabón de Marsella, lo que ofrece la oportunidad de desengrasar perfectamente incluso las partes que no han sido completamente limpiadas con la técnica anterior.
El jabón de Marsella es un producto natural que además aporta un olor muy agradable a las superficies.

Por lo tanto, al limpiar las placas de cocción, es necesario tener en cuenta primero la seguridad, manteniendo las bocas de las boquillas completamente abiertas y, en segundo lugar, utilizar productos naturales que no produzcan residuos químicos tóxicos potencialmente dañinos durante los procesos de cocción.