Las persianas enrollables o persianas pueden ser básicamente de dos tipos. En aluminio o PVC.

En ambos casos hay que mantenerlos limpios pero no es fácil si no conoces los remedios adecuados y si no les das la debida atención.

De hecho, las persianas enrollables acumulan smog y polvo, especialmente si vives en una ciudad y en una calle concurrida.

Como están colocados en el exterior, acumulan polvo y luego corren el riesgo de introducirlo en la casa. Por lo tanto, no es solo una cuestión de imagen sino también de salud.

Sin tener en cuenta que, si no los limpias a menudo, la suciedad se incrusta y cuando vas a limpiarlos realmente se convierte en una tarea.

Si ya estás pensando en limpiar pero en realidad todavía tienes que comprarlas, debes saber que tanto las persianas de aluminio como las de PVC tienen ventajas.

Ambos son resistentes a los agentes atmosféricos aunque los de aluminio son más resistentes al granizo y además te ofrecen un elemento de seguridad preliminar ya que son resistentes al robo.

Los de PVC, en cambio, son ligeros, ofrecen aislamiento térmico y no forman condensación en la superficie.

Por lo demás puedes proceder en ambos casos con los consejos de limpieza completamente naturales que te ofrezco a continuación.

5 consejos para limpiar persianas enrollables de forma natural

1. Desempolva la persiana enrollable

limpiar el polvo

Recuerde desempolvar periódicamente la persiana enrollable. Para ello, coloca un poco de papel en el alféizar de la ventana y con un cepillo desempolva pasándolo también por las grietas. De esta manera evitas que se detenga por mucho tiempo y en consecuencia dañe todo el mecanismo.

2. Jabón de Marsella

Jabón de Marsella

El jabón de Marsella es un producto totalmente natural y probablemente ya lo tengas en casa dados los múltiples usos que se le pueden dar.

Bueno, la buena noticia es que también puedes usarlos para persianas enrollables. Es bueno tanto para aluminio como para PVC, pero también para contraventanas de madera.

Necesitas jabón de castilla líquido o posiblemente el que está en escamas disuelto en agua. Limpie las persianas y finalmente enjuague bien para eliminar todos los residuos de jabón.

3. Vinagre

vinagre

Puedes usar vinagre solo o en combinación con jabón de Marsella, este remedio natural para persianas enrollables es perfecto sobre todo si son de plástico.

De hecho, el vinagre de vino blanco te ayuda a eliminar las áreas amarillas.

Después de haberte limpiado bien con jabón de Marsella, pasa el vinagre de vino blanco con una esponja o pulveriza la mezcla directamente sobre la zona que pretendes tratar.

4. Usa vapor

vapor

Puede usar vapor para limpiar bien las persianas de plástico y aluminio.

Este es un remedio muy útil si, por ejemplo, tienes que eliminar incrustaciones difíciles, algo bastante común cuando alquilas casas y las persianas no se han limpiado durante un tiempo.

Además de disolver la suciedad , el vapor también higieniza, por tanto, ¡doble ventaja!

5. limón

limón

El último remedio natural que sugiero para intervenir en las persianas manchadas de amarillo es el limón. De hecho, el jugo de cítricos le permite eliminar eficazmente las manchas para tener las persianas siempre limpias.

Mantenimiento ordinario de las persianas

Mantenimiento ordinario de las persianas

Recuerde que el mantenimiento de rutina es importante. Un problema bastante común con las persianas enrollables es la humedad.

De hecho, cuando llueve hay que prestar atención e intervenir inmediatamente, secándolos. De esta forma evitas la formación de óxido en el interior de los mecanismos así como la formación de escarcha.

Son dos problemas muy serios, sobre todo si tienes persianas mecánicas, el riesgo es que tengas que gastar mucho dinero en arreglarlas porque ya no funcionan.

Por último, recuerda limpiarlos periódicamente con un trapo para eliminar el polvo superficial que normalmente se deposita sobre ellos.

Consigues evitar una buena cantidad de trabajo adicional cuando te ves en la obligación de realizar la limpieza a fondo que te recomiendo hacer al menos una vez cada tres o cuatro meses, con mayor atención durante los meses de invierno y si vives en zonas muy concurridas, donde el smog provocado por las máquinas se vuelve intenso.