¿Cómo puedes resistirte a la fruta, especialmente durante la temporada de verano, con sus olores y colores brillantes? Comer una buena cantidad de fruta es un hábito muy saludable y sabroso, pero es importante que las frutas sean lo más frescas y diferentes entre sí, para que puedas obtener todas las vitaminas y nutrientes que contiene cada una.

Por otro lado, nadie tiene ganas ni tiempo para ir a comprarla todos los días, por lo que muchas veces nos vemos tentados a comprar una cantidad modesta de fruta de golpe, con el riesgo de que madure demasiado rápido y pierda todas sus propiedades beneficiosas. Seguro que te ha pasado que te encuentras con un plátano demasiado negro para comerlo porque simplemente le diste prioridad a otras frutas.

Afortunadamente, existen algunas precauciones que permiten el almacenamiento a largo plazo para muchos tipos de frutas, veamos algunas de ellas.

Los trucos para evitar que la fruta madure demasiado rápido

mojaría la fruta en agua hirviendo

Algunos tipos, por ejemplo las bayas, son particularmente delicados en términos de conservación, ya que están sujetos a la formación de moho que en pocos días corre el riesgo de comprometer su calidad. Para que esto suceda lo más tarde posible, una buena idea puede ser remojar estas frutas en agua hirviendo durante unos 40 segundos, ya que los mohos son enemigos del calor.

Espacia las frutas entre ellas.

Aunque pueda parecer trivial, debes intentar mantener las frutas de diferentes tipos bien separadas, de forma que no haya contactos entre ellas. Esto es para evitar que un moho formado en una fruta en particular se expanda hacia otras, comprometiendo toda la canasta.

Temperaturas bajas

Para ralentizar el proceso de deterioro, puedes conservar en la nevera algunas frutas como los cítricos o los plátanos, que se marchitarán a los pocos días. Es una técnica recomendada sobre todo si la fruta ya ha sido cortada o pelada. Recuerda, eso sí, que no debes abusar del frigorífico, ya que algunas frutas no se prestan a este tipo de conservación, y en todo caso siempre que sea posible es bueno preferir que la fruta madure al aire libre en condiciones naturales.

Otros consejos

Una primera regla general: cuando compre frutas, seleccione siempre algunas más maduras que serán las primeras en comerse, y otras menos maduras que tendrán unos días para completar el ciclo natural de maduración.

En segundo lugar, recuerda siempre tapar la parte cortada de una fruta con una herramienta especial o film transparente, ya que si queda en contacto con el aire se oxida mucho más fácilmente.

En cuanto a los plátanos, un método muy sencillo pero eficaz para evitar que los clásicos puntos negros aparezcan demasiado pronto es cubrir el tallo con aluminio o film transparente.

Si eres amante de las frutas tropicales, en especial de la piña, con un pequeño truco podrás mantener toda su frescura con facilidad: solo corta la parte verde de arriba y colócala boca abajo (con la parte cortada hacia abajo). Esto promoverá la circulación de azúcares por toda la pulpa.

Otra fruta, cada vez más presente en nuestras mesas, que ennegrece fácilmente perdiendo sus propiedades es el aguacate. Si has cortado una parte de aguacate pero quieres comerte lo que sobra, puedes engrasar la parte “fresca” expuesta al aire con una gota de aceite de oliva virgen extra, o mojarla con zumo de limón.

Puede parecer difícil practicar todos estos trucos, pero te aseguro que una vez que te acostumbres se volverá automático, y pronto te darás cuenta de cómo un pequeño gesto puede mejorar la calidad de la fruta que comemos todos los días.