Todos nos hemos encontrado con niños sin educación. En el restaurante, en la calle o en la escuela, los niños de hoy adoptan comportamientos, formas de hacer las cosas y muchas veces también un lenguaje desagradable que no se adapta a las situaciones.

Mientras sean hijos de otros, nos limitamos a un comentario agrio, una ceja arqueada y seguimos. Pero, ¿y si fueran nuestros hijos los groseros ?

La sociedad actual ha adoptado una forma relajada y muy tolerante de reaccionar ante el tema.

Lo que alguna vez nuestras madres hubieran castigado con una simple bofetada, hoy simplemente se ignora o se desestima con la frase “Simplemente son niños”.

Pero, ¿es todo culpa de nuestros hijos o hay algunos errores que los padres podríamos evitar cometer antes de que sea demasiado tarde?

Un problema común

problema de educacion infantil

Por muy educados que sean tus hijos, tarde o temprano la respuesta desagradable o la palabrota también llegarán a sus labios, transformándolos en un instante de querubines querubines a feroces Gremlins.

Puede pasar cuando le dices que hablas demasiado por teléfono o cuando le señalas que los zapatos no son un adorno que tiene que estar en la sala.

Se necesita muy poco para herir su susceptibilidad, especialmente en la adolescencia y, tenga la seguridad de que darán lo mejor de sí, especialmente entre otros. Esto es para decirte que el problema de la mala educación, por muy lejano que te parezca de tu familia, tarde o temprano afecta a todos.

El problema es que criar a un hijo no es fácil. No hay cuadernillo de instrucciones que le advierta de posibles errores, que le aconseje sobre el camino correcto a seguir o le sugiera las palabras más adecuadas para comprenderlo y comprenderlo en cada momento de su vida.

La capacidad de escucha de un padre es enorme, pero también es cierto que se pone a prueba severamente por las miles de tensiones externas de la vida cotidiana.

El estrés del trabajo, los problemas económicos, las relaciones interpersonales suelen distraer a un adulto de su tarea principal, que es seguir y educar a un niño.

No debería pasar pero lamentablemente pasa y tomar conciencia de ello es el primer paso que podemos dar para solucionar el problema de un niño maleducado.

Cómo reconocer a un niño grosero

¿Es su hijo grosero o simplemente juguetón? Según los psicólogos, existen signos muy concretos que marcan el límite entre un carácter vivaracho y uno arrogante o impertinente. Éstos incluyen:

1. Insatisfacción eterna

niños insatisfechos

El eterno descontento lo reconoces de inmediato. Es el niño que recibe un juguete muy deseado y luego lo abandona a los diez minutos, es el adolescente que busca el último modelo de teléfono inteligente o los jeans súper firmados y carísimos que luego terminarán en la pila de ropa olvidada en el fondo del armario.

Siente el centro del universo y te lo muestra en todos los sentidos, incluso en las relaciones interpersonales.

2. Ira

ira niños

Sus arranques de ira te dejan sin aliento porque se repiten en el tiempo, son desmotivados y sobre todo pasan por estupideces.

3. Desobediencia

Desobediencia

El niño ciertamente no es un autómata sino una persona con carácter propio. Por lo tanto, no le estamos diciendo que su hijo debe obedecer sus órdenes, sino que simplemente debe ser capaz de respetar las reglas que le da en la familia.

Entrar sin autorización y divertirse haciendo exactamente lo que les has prohibido es una clara señal de que algún mecanismo educativo se ha atascado.

Estos son los principales gestos a los que debes prestar atención.

Agregue a esto la capacidad de avergonzarse en público por su lenguaje o por no querer compartir sus cosas con sus compañeros.

Si su hijo exhibe alguno de los comportamientos que hemos enumerado, entonces es hora de ponerse a cubierto antes de que sea demasiado tarde.

Niños groseros: 5 errores que todo padre debe evitar

niños groseros

El estudio “Conflicto con amigos, ceguera en las relaciones y el camino hacia la incomodidad de los adultos”, realizado en Virginia en 2015, destacó cómo la mala educación infantil puede conducir a un comportamiento violento y antisocial en la edad adulta.

Por eso, es tarea precisa de un padre asegurarse de entregar al mundo un hijo educado y que sepa portarse bien en cada ocasión.

El problema es que antes de educar a un niño, un padre debe reflexionar sobre los errores que comete más o menos voluntariamente en la vida cotidiana.

De hecho, nos guste o no, los niños suelen ser el espejo de lo que ven y oyen dentro de casa.

Los adultos incapaces o demasiado permisivos son incapaces de establecer límites o reglas adecuadas a la edad del niño, fomentando así una anarquía que en la mayoría de los casos conduce a la descortesía.

1. El valor de la gratitud

gratitud

¿Tu hijo nunca dice gracias o crees que todo se debe a él? La gratitudpor lo que tiene o se le da es un valor fundamental que se debe enseñar desde una edad temprana.

Anímelo a decir gracias y orar, oa expresarse con frases educadas y respetuosas. Si puede lograr que desarrolle este agradable hábito desde una edad temprana, es muy probable que sea un adulto amable y educado cuando crezca.

2. Ser demasiado permisivo

padres permisivos

“Solo por esta vez” es una frase que debería ser abolida del diccionario de los padres. Es fácil ceder a la presión de un capricho momentáneo, todos lo hacemos, por cansancio, porque queremos evitar malas cifras o simplemente porque no nos apetece ser demasiado estrictos.

En realidad , un padre debe esforzarse al máximo para ser coherente. De hecho, basta ceder una sola vez para darle derecho a volver al cargo con otras peticiones o caprichos.

También es muy importante que usted y su pareja estén de acuerdo en las reglas que se le darán a los niños. Un no de la madre debe ser siempre y en todo caso igual a un no del padre y viceversa.

3. No valores el dinero

dinero de bolsillo

¿Te sientes como un cajero automático ? Probablemente no le haya enseñado a su hijo el valor real del dinero a lo largo de los años.

Por eso constantemente te pide que compres un cd, un juego o un vestido. El secreto está en liquidar una mensualidad semanal que el niño tendrá que aprender a manejar con cuidado desde temprana edad, aprendiendo así el valor del ahorro y sobre todo aprendiendo a planificar sus compras en función del dinero disponible.

4. No lo cubras

cubrir hijo

Si se olvidó de hacer su tarea o te ocultó algo importante, no lo ocultes, ayúdalo a asumir sus responsabilidades.

Cuanto más intente justificarlo o cuanto más intente minimizar lo sucedido, especialmente frente a su pareja, más derecho se sentirá el niño a continuar con los mismos errores.

5. No dejes que nadie lo regañe

maestra de niños

Lamentablemente, las noticias lo confirman casi a diario: no dejamos la tarea de regañar a nuestro hijo a nadie más.

Una simple reprimenda de un maestro es suficiente para desencadenar castigos punitivos por parte de padres y familiares enojados.

Si hace años era normal ser regañado por el profesor o por los abuelos, hoy en día este aspecto se opone rotundamente.

Si se hace correctamente, sin embargo, y siempre desde el punto de vista de un ejemplo educativo, la reprimenda por parte de una tercera persona puede ayudar al niño a comprender y afrontar el error que ha cometido.