Las galletas de ricota son perfectas para reducir el consumo de grasas sin renunciar a una pequeña gratificación diaria. Ligeros, suaves y fragantes, tienen un as bajo la manga, la presencia de la ricotta. De hecho, este queso no solo es delicioso sino que tiene la capacidad de hacer que la galleta se vuelva golosa sin aumentar las calorías.

La receta que te proponemos es perfecta para aquellos que quieren una dieta sana y sabrosa. La ausencia total de huevos las convierte también en un tentempié dulce ideal para aquellas personas intolerantes a este alimento.

¿Qué ricota elegir?

La receta de bizcocho ricotta es una mezcla increíble de sabor y ligereza. Hacerlo es muy sencillo, no necesitas herramientas especiales y en pocos minutos tu cocina se llenará de un delicioso aroma a dulce. ¡El único problema es que son adictivos y será casi imposible comer solo uno!

Antes de continuar debemos hacer dos aclaraciones. Recuerda que la masa que te ofrecemos puede reposar hasta dos días en el refrigerador por lo que, si ocurre un imprevisto y ya no puedes hornear tus galletas, ¡no te preocupes! Simplemente coloque la base en un recipiente de vidrio, cubra con film transparente y refrigere.

La segunda aclaración se refiere a la ricotta. Puedes elegirlo de vaca u oveja pero recuerda que los dos quesos no tienen las mismas características. La ricota de oveja es sin duda más grasa y calórica pero da a los alimentos un sabor más cremoso. Su sabor es más pronunciado porque deja una clara sensación de hierbas y forrajes en la boca. Rico en proteínas y sales minerales, es un queso con una gran personalidad que puede no gustar a todo el mundo.

La ricota de vaca es un producto lácteo magro, bajo en grasas y con un buen contenido proteico. Su sabor bastante neutro lo hace ideal en diversas recetas saladas y dulces. Elegirlo significa mantener bajo control la proporción de lípidos y, por lo tanto, las calorías de la receta.

Receta

¿Estás listo para empezar a cocinar? Comencemos con las dosis:

  • 200 gramos de harina;
  • 140 gramos de azúcar moreno;
  • la ralladura rallada y el jugo de 1 limón;
  • 1 pizca de sal;
  • 250 gramos de ricota de oveja o vaca;
  • almendras en rodajas;
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (o vainillina);
  • 1 cucharadita y media de levadura en polvo;
  • 2 cucharadas de leche.

Con estas cantidades puedes hacer unas 15 galletas pero obviamente todo depende de la forma que decidas darles. Antes de comenzar a trabajar, asegúrese de tener a mano todas las herramientas que necesita:

  • planetario si decides mezclar con látigos;
  • tabla de pastelería;
  • moldes para galletas

Calentar el horno a 180°C, poner una buena música de fondo y… ¡a empezar a trabajar!

Método

Tamizar la harina con la levadura y reservar. En un tazón , mezcle la ricota con un tenedor. Si dispones de tiempo, te recomendamos un truco que nos enseñó una anciana siciliana, una manera perfecta de trabajar el queso y hacerlo cremoso. Coge un molinillo de verduras (justo el que usas para el minestrone) y vierte el lácteo con el azúcar en el centro. Comienza a trabajar y deja caer la mezcla en un plato. ¡Mira, parece una nube!

En este punto, agregue la vainilla, la ralladura y el jugo de limón a la ricotta. Trabajar con cuidado, tratando de no hacer grumos. Añadir la harina y seguir mezclando con cuidado. Si la mezcla es demasiado dura, dilúyala con unas cucharadas de leche. Si sufres de intolerancia a la lactosa puedes añadir cualquier leche vegetal. Sin embargo, ten en cuenta que la leche de avena, soja y coco puede cambiar ligeramente el sabor final de las galletas.

Deja reposar la masa durante cinco minutos. Mientras tanto, espolvorea una tabla de repostería o una superficie de trabajo con harina y extiende la mezcla con un rodillo. Corta con un molde y coloca las galletas en una bandeja para hornear cubierta con papel pergamino. Prepara un vaso con 2 cucharadas de leche y una de agua. Pinta la superficie de tus pasteles con la mezcla a base de leche y decóralo con las hojuelas de almendra. Alternativamente, para una versión más sabrosa, use granos de azúcar.

Hornee en un horno caliente durante 20 minutos. Si la superficie se oscurece demasiado, cubra con papel de aluminio. Antes de sacar tus postres, revisa siempre la cocción. Cada horno es diferente y por lo tanto los tiempos de cocción pueden variar ligeramente.

Dejar enfriar sobre una rejilla y servir con una taza de té de cítricos o de vainilla. Puede mantenerlos bien cerrados en una caja de hojalata durante una semana.

¿Y para una ocasión especial?

La versatilidad de estas galletas también las hace perfectas para celebrar una ocasión especial. En este caso, sin embargo, necesitan cambiarse de ropa para ponerse la de la fiesta. El secreto está en cubrirlos con un glaseado al agua, muy fácil de hacer, y decorarlos con toppings de colores, también aptos para un cumpleaños infantil.

glaseado de agua

En un tazón, vierta 100 gramos de azúcar en polvo. Añadir una cucharada de agua y empezar a trabajar. Añade otro y si ves que la mezcla está espesa y no demasiado líquida, significa que está lista. Si lo desea, puede agregar un poco de colorante para alimentos o darle sabor a su glaseado con limón o vainilla. Si quieres decorar tus bizcochos de ricota sin limón, mantequilla y huevo, no utilices almendras laminadas como sugiere la receta.

Una vez sacados del horno, déjalos enfriar y cúbrelos con el glaseado. Puedes hacer líneas pequeñas o hacer una capa sólida. Deje que se solidifique durante aproximadamente una hora.

¿Olvidaste comprar ricotta? ¡Hazlo en casa!

¿Estabas convencido de que tenías ricota en la nevera, en cambio te diste cuenta de que había caducado o te olvidaste de comprarla? No te preocupes, puedes hacerlo fácilmente en casa en poco tiempo. Solo necesitas una olla de acero perfectamente limpia y desengrasada, 1 litro de leche semidesnatada, media cucharadita de sal y tres cucharadas de zumo de limón.

Llevar la leche a ebullición, agregar la sal y el jugo de limón y mezclar con una cuchara de madera. Pasados ​​unos minutos verás que la mezcla empieza a formar una serie de pequeños copos. Retirar del fuego y dejar reposar durante cinco minutos. Toma un colador de metal, vierte tu producto lácteo adentro y déjalo reposar en el refrigerador por al menos una hora. ¡La ricota casera está lista para hacer las galletas más delicadas y sabrosas que jamás hayas comido!