Con todos los diferentes tipos de prendas y tejidos que se producen hoy en día, practicar un buen lavado que respete cada una de ellas y no las desgaste de ninguna manera puede parecer una lotería, sobre todo para quienes aún son principiantes en las tareas del hogar.. En realidad, no tienes que preocuparte demasiado, solo tienes algunos trucos simples.

En este sentido, hoy quiero explicaros qué temperaturas son las adecuadas para un correcto uso de la lavadora, para poder lavar bien todos los tejidos sin estropearlos. Por supuesto, cada tejido prefiere una temperatura específica en función de su delicadeza, su capacidad para retener el color y otros aspectos similares.

Antes de comenzar con la colada, debes prestar mucha atención a las etiquetas de las prendas, que indican las temperaturas adecuadas y el tipo de lavado adecuado para las prendas en cuestión.

La información no está escrita explícitamente, pero se utilizan símbolos específicos, cada uno de los cuales indica una condición necesaria para el tratamiento de la prenda en cuestión (temperatura máx./mín., si es posible planchar la prenda, si es posible secarla y mucho). más).

Un consejo general, aunque parezca obvio, es lavar juntos tejidos similares, sin mezclar los más ligeros con los más pesados, ni los más coloreados con los más neutros, de lo contrario corres el riesgo de dañar las prendas más delicadas o no lavarlas. a fondo que requieren un lavado más invasivo.

Veamos juntos cómo se deben tratar algunos tejidos específicos:

lavado de jeans

Normalmente para esta prenda, si no está demasiado sucia, basta con un lavado a 30º grados. Por el contrario, si este tejido está especialmente sucio, la temperatura máxima con la que se debe lavar para limpiar a fondo la prenda es de 40º grados.

Lavado de seda

Cuando se trata de un tejido delicado como la seda, el proceso de lavado es largo y más exigente. La temperatura no debe superar de ningún modo los 30 ° (que te aconsejo no alcanzar si las prendas no están muy sucias), y el lavado debe hacerse lentamente, sin mover la tela demasiado bruscamente. Precisamente por eso, es mejor evitar girar, o quizás ponerlo al mínimo de revoluciones por minuto. Sin embargo, la mayoría de las lavadoras tienen ciclos específicos para tejidos delicados, y las más modernas integran una función para reproducir (lo más fielmente posible) la delicadeza del “lavado a mano”.

Lavado de algodón

El algodón es una fibra mucho más común que la seda, se encuentra en muchas prendas y es mucho más resistente. Aquí conviene distinguir entre algodón de color y algodón completamente blanco (sábanas, lino, etc.): el primero debe lavarse a una temperatura que no supere los 60°, y es una buena práctica utilizar un captador de color y/o detergente específico para prendas de color, con el fin de reducir el riesgo de pérdida de color.

Sin embargo, a menudo es mejor poner la lavadora a 40 ° para estar más seguro de que la prenda no encoge y las posibles decoraciones no se dañan. El algodón blanco, por otro lado, se puede lavar a temperaturas mucho más altas, hasta 95 °. Las prendas también soportan un ciclo de centrifugado alto o la acción de la secadora, así como una plancha caliente y un planchado a vapor.

Lavado de tejidos sintéticos.

Algunas prendas, como los chándales por ejemplo, suelen estar confeccionadas con fibras sintéticas (poliéster, nailon, etc.) suficientemente resistentes para soportar temperaturas de hasta 60° en la lavadora. Incluso en este caso, sin embargo, muchas lavadoras ofrecen un programa ad hoc para tejidos de este tipo. En cualquier caso, fíjate siempre bien en la etiqueta ya que siempre es posible que un tejido tenga una composición química ligeramente diferente a la habitual y que deba ser tratado con especial atención.

Lavado de tejidos mixtos

Seguramente te toparás con prendas confeccionadas con tejidos mixtos, normalmente algodón y una o varias fibras sintéticas, y quizás no estabas seguro de cuál podría ser la temperatura o el tipo de lavado adecuado. En estos casos es muy sencillo, hay que tener en cuenta la fibra más delicada y ajustar todo en función de ella. Recuerda que siempre es mejor usar temperaturas más bajas que más altas de lo necesario, de lo contrario corres el riesgo de tener que tirar la prenda.

Lavado de toallas y sábanas

Para el lavado de este tipo de prendas siempre es bueno utilizar grados superiores, al menos 60º, para obtener una mayor acción desinfectante ya que, sobre todo las toallas, están más sujetas a acumulaciones bacterianas al estar muchas veces húmedas. En cualquier caso, cuando necesites un lavado que elimine los gérmenes de la mejor forma posible, sube los grados hasta el límite que la prenda pueda soportar.

También quiero darte un último consejo: ten en cuenta que utilizar temperaturas más altas implica un coste mayor, por lo que si prefieres ahorrarte algo en tu próxima factura, utiliza siempre temperaturas en torno a los 30° para lavar prendas poco sucias que no requieren un lavado cuidadoso.